martes, noviembre 07, 2006



La palabra siempre ha acompañado la mirada y el latido de los pueblos indígenas que habitan el ecosistema planetario. Desde esta verdad sentida y digna, una vez más, en el corazón de la Suramérica Indígena salpican llamaradas que refulgen de justicia y autonomía, imaginarios de tierra húmeda y ríos dulces que se niegan a ser mercancía y farsalia en las manos del armatoste desarrollista ecocida.

Bañados por la mirada gris de la Luna y girando en la circular llovizna de la Yonna Wayuú hemos desafiado la incoherente sumisión a la que pretenden destinar a los indígenas, los desarrollistas y hacendados mercaderes del suelo y el agua.

El convite a la tertulia y a las acciones en defensa de territorios indígenas sin hacendados y concesiones mineras, esta vez se presenta en la región nor - occidental de la Venezuela emancipada. En este tiempo en el que abunda la moneda y su oropel como medida de las cosas; en este tiempo que alborota las alternativas y las historias entrecruzadas es cuando se engrandecen los proyectos del gran capital trasnacional con su caduco recetario de bienestar y progreso para los excluidos, y declaramos:

Que la cosecha de ideas y acciones solidarias en procura de espacios para la vida sin armatostes, sin escombreras, sin reacciones ácidas irreversibles, sin agua, proviene de la siembra que se ha hecho de múltiples asombros bañados de luz, dulzor, sangre, color y sonidos barí, yukpa y wayuú.

Que la simple idea de convocar a los compañeros ecologistas, estudiantes, periodistas a beber de la misma fuente que mana lágrimas y sueños de autonomía, es para entendernos incluidos en una grave problemática que no es ajena a ningún ciudadano del planeta

Que somos enamorados de la imagen nocturna y el vuelo hecho luz de las luciérnagas de Perijá y por esto junto a las diversas cosmogonías indígenas que nutren este cuerpo vital que es la Serranía, avanzamos en la construcción seria de proyectos autónomos energéticos basados en la energía solar y en la progresiva reconversión de los espacios deforestados por el cultivo de tubérculos en áreas donde la ancestral y actual visión y acción agroecológica tenga cabida.

La minería del carbón a cielo abierto resquebraja la estabilidad de los suelos y acidifica mantos acuíferos aniquilando tras su avance la auto sustentabilidad propia de los ecosistemas y de los colectivos indígenas que están incluidos en ellos.

Agradecidos y comprometidos de verdad por estos días de convite y danza; por estos días de tertulia nocturna donde las palabras amasaron ideas e inmediatas acciones destinadas a una sola búsqueda: la justicia para las comunidades indígenas, mismas que claman por la demarcación de sus territorios ancestrales de una manera más efectiva y justa...Insistimos en la vida que es la tierra, es el agua y es el aire, para desde la lucha territorial entender que los pueblos indígenas existen como cultura, como grito humano en el mundo diverso que somos. Luchamos para que los pueblos indígenas de nuestro país existan sin el latido de la productividad y el lucro rondando sus caminos de humedad y verdor, para que los cantos y los tejidos multicolores que de sus manos brotan permanezcan sin el vapor ácido y la huella oscura que ha dejado en otras zonas de este Estado el petróleo y el carbón.

Localidad de Wayuumana, a orillas del Río Socuy
Declaratoria del II Encuentro Nacional por los Territorios, la Autonomía y la Dignidad Indígena

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